Confituras artesanas de Ossera (Alt Urgell-Lleida)
Desde 1979. Mermelada de autor, sin aditivos ni conservantes
con productos de cosecha propia o comprados a quienes más saben. La esencia del territorio en estado puro
Redacción Barcelona/Ossera (Lleida), 24 de julio de 2023.
LA HISTORIA
Núria Rosell i Mata
Llegué a Ossera en 1979, acompañada de Alfons. Éramos jóvenes y no nos gustaba el encorsetamiento de la ciudad; queríamos vivir libres y, lo más importante, de los recursos que nos ofrecía la naturaleza. Poco a poco fueron llegando los demás: Jaume, Peter, Jim, Eulalia, Nico, Suzette… catalanes, suizos, americanos… Éramos internacionales y nos decían los hippies de Ossera. No fue fácil. Tuvimos que trabajar mucho!
40 años después, el mundo sigue avanzando a una velocidad meteórica, y en Ossera también nos adaptamos. Ahora tenemos la carretera asfaltada, wifi y muchas más comodidades. Pero la esencia es la misma: nos gusta vivir de lo que hacemos, con el máximo respeto por la naturaleza y sus tempos, y somos felices de compartir nuestro trabajo y lo que resulta. En mi caso, unas mermeladas, jaleas, patés de setas y chutneis que van directos a tu paladar y a tu salud.
ELABORACIÓN DE MERMELADAS ARTESANAS CAL CASAL
Empecé a hacer confituras artesanas con lo que la naturaleza salvaje me ofrecía: moras, cerezas, higos y manzanas. Cada vez las hacía mejores, lo que me llevó a transformar los productos del huerto: cebollas, tomates, pimientos y calabazas. Las venía a los mercados y pronto no tuve suficiente con las frutas y verduras que yo misma cultivaba.
Ahora compro los mejores melocotones, ciruelas, manzanas y peras directamente a los campesinos. Frutas maduradas en los árboles que cosechan para mí en el punto óptimo, ni demasiado tarde ni demasiado pronto. Las mermeladas, confituras, jaleas, chutneis y patés de setas son una excelente manera de transformar y conservar los productos de temporada; una forma de alargarlos en el tiempo, de consumirlos cuando, en invierno, sólo queda el recuerdo.
Las especias y hierbas aromáticas que potencian y enriquecen los sabores de las mermeladas son de la Suzette Boringer, de la Herboristería Nogué de Ossera, que también fue una de las primeras repobladoras de esta vertiente del prepirineo: tomillo, melisa, albahaca, lavanda, flor de saúco. Flores como el diente de león, las rosas y las violetas son la base de productos originales y únicos.
En otoño, las setas son materia prima para los patés: seta de calabaza, negrillas y rebozuelos. Los níscalos en vinagre son buenísimos y uno de los productos estrella de Cal Casal. De cosecha propia o comprados a quienes más saben. La esencia del territorio en estado puro.
Puse el nombre de la casa en mis productos: Mermelades Cal Casal. 35 años de experiencia han dado para crear unos sesenta tipos diferentes de sabores de la más variada composición y combinación. Especialidades imposibles de encontrar en grandes cantidades. Productos de autor, exclusivos, que aportan placer y que enriquecen platos dulces y salados, que matizan y potencian los sabores.
¿Saber más?
MELMELADAS CAL CASAL
Cal Casal 25717 – Ossera (Lleida)
Telèfon 973 298 220
Mòbil 647 964 309
info@melmeladesossera.com
LA MEJOR FRUTA, AMOR Y RESPETO POR EL PRODUCTO
Cada uno de los botes de mermelada que salen de mi obrador contiene un pedazo de mi alma. Soy feliz cuando me decís que comerlas ha sido una experiencia: la dulzura de una cereza o de un melocotón maduro; la acidez del tomate, los pimientos y los chutneis, la contundencia de las setas… deseo que le trasladen al verano mientras desayuna frente a la chimenea, o al bosque mientras está en la ciudad.
Mis mermeladas no llevan conservantes ni aditivos artificiales: azúcar moreno de agricultura ecológica y zumo de limón son suficientes para mantenerlas mucho tiempo en perfecto estado. La mejor fruta, amor y respeto por el producto, paciencia y tiempo son sus ingredientes principales
Productos de temporada todo el año
MELMELADAS CAL CASAL OSSERA DESDE 1979
Las mermeladas, confituras, jaleas, chutneis y patés de setas son una excelente manera de transformar y conservar los productos de temporada;
una forma de alargarlos en el tiempo, de consumirlos cuando, en invierno, sólo queda el recuerdo.